Absolutamente todo ha cambiado…
Y de repente, de un día para otro, todo cambia. Nuestra forma de vivir, nuestra forma de relacionarnos, nuestra forma de comprar, nuestra forma de trabajar…
Estamos ante algo que ninguna persona jamás habríamos pensado o podido predecir que pasaría, por muchas películas de ciencia ficción que hayamos visto con anterioridad; una pandemia en forma de virus azota el planeta Tierra atacando directamente, y únicamente a los humanos. Bautizado con el nombre de Covid-19 (un nombre que desgraciadamente jamás olvidaremos). Estamos viviendo unos hechos que difícilmente olvidaremos… confinados en nuestras casas, en cuarentena, sin salir a la calle, colegios cerrados a mitad de curso, supermercados en los que hay que hacer una larga fila para coger leche y papel higiénico, coches estacionados, calles vacías, animales silvestres reproduciéndose como nunca antes lo habían hecho y volviendo a lo que un día les arrebatamos, su casa. Hospitales colapsados y saturados (se vuelve a demostrar que es totalmente necesario invertir en ciencia y sanidad).
Toda esta situación nos hace parar (que tan rápido íbamos por la vida…), estar con nuestros hijos e hijas, maridos, mujeres, e incluso (ma)padres entre las mismas paredes durante las 24 horas que tiene un día, durante casi dos meses.
Ansiedad, risas, lloros, juegos, gritos, gimnasia, recetas, lecturas, películas, abrazos, besos, videollamadas con los nuestros (¡qué descubrimiento verse por el teléfono! ¿eh?)
Este parón, y crisis a nivel mundial (tan triste como cierta) también nos hace pensar… pensar qué pasará ahora, qué será de la gente sin trabajo, de todos esos negocios cerrados, las subvenciones, las ayudas, etc. Pero hasta que todo eso llegue, si es que llega en algún momento, ¿qué hacemos mientras? ¿sentarnos a esperar? JAMÁS.
Las cosas no nos llegan estando sentados y esperando a que una llamada entre. ¡Hay que levantarse, pensar y reinventarse si es necesario! Porque lamentarnos y criticar no sirve de nada, es mucho más efectivo, satisfactorio y enriquecedor ayudar, colaborar, y poner el foco en la solución y no en el problema.
Hacernos un ovillo es lo fácil, pero lo Valiente y lo que nos hace más fuertes es buscar soluciones, que además estamos diseñados para poder adaptarnos a las adversidades que la vida nos vaya poniendo en el camino. Nadie dijo que esto fuera fácil…
Toca adaptarnos a nuevos tiempos, y a una nueva forma de vivir. Porque aquello de “volver a la normalidad” de momento lo dejamos apartado a un lado.
Muchas empresas ya están tomando medidas y reinventándose para cuando vuelvan a abrir; mamparas en restaurantes, duchas de ozono, espacios más amplios en oficinas, detectores de temperatura, guantes, mascarillas…
Todas estas medidas sobre todo en empresas y negocios que si o si tengan que abrir al público porque dependan de ello, pero ¿y las que no puedan abrir? hay comercios que por su tamaño (reducido) quizás no puedan albergar a más de una persona en su interior, y esto es probable que se haga insostenible para mantenerlo a flote.
Más que nunca toca pensar y reinventarse. Toca decidir, ser valiente y fuerte.
Piensa, ¿cómo va a comprar la gente ahora si no van a estar abiertas las tiendas? …………………………………………………… LAS COMPRAS SE HARÁN ON-LINE. Cada vez más productos y servicios están al alcance de todas las personas y a un par de “clics” con el móvil en la mano (como estás tú ahora mismo) o la tablet, o el portátil… pero las personas compraremos de forma online comida, productos de limpieza, ropa, libros, servicios como nutrición, asesorías, viajes, cultura y un sin fin más.
Cuántas veces habré oído eso de “ya haré la página web que ahora no tengo tiempo”, o “para qué voy a subir los productos a la web” y la respuesta es muy simple: PARA VENDER MÁS, y ahora en estos tiempos quizás simplemente, VENDER.
Es hora de ponerse las pilas, dejar de lamentarse y ponerse a trabajar y reinventarse si es necesario. Haz la página web que necesita tu negocio, enriquecerla con publicaciones, noticias o entradas de valor en el Blog. Sube todos tus productos (e-commerce), con fotos atractivas, descripciones coherentes, que no le falte detalle! y lánzala al mundo para que te conozcan y sepan que pueden comprarte a través de Internet también a ti. Si no tienes redes sociales ¿a qué estás esperando para tenerlas? No hay tiempo que perder, ni un segundo. Cuánto más tardes, más tardarás en vender a través de tu web y tus redes sociales… y si no sabes ni por dónde empezar, recuerda que yo te puedo ayudar, escríbeme un e-mail o a través del enlace de WhatsApp que te sale por esta pantalla.
“Comunicar está al alcance de cualquiera, otra cosa es cómo lo hagas”
